“Ona”, que en euskera significa «bueno», es mucho más que un nombre para esta vivienda; es un reflejo de la esencia y el alma del proyecto. Inspirada en la armonía entre la naturaleza y la vida cotidiana, «Ona» captura la idea de que un hogar debe ser un lugar donde todo fluya de manera natural, donde el bienestar y la tranquilidad sean parte del día a día.


Donde la vida ocurre
El salón de Ona es un espacio pensado para vivir en plenitud. La luz natural es protagonista, inundando el espacio sin barreras, permitiendo una conexión fluida entre el interior y el exterior. Aquí, cada elemento está pensado para aportar calma y sencillez.

La chimenea de piedra antracita no solo aporta calidez, sino que también actúa como un punto de encuentro. Alrededor de ella, las estanterías y paneles de madera añaden un toque acogedor y familiar.

El sofá modular, amplio y cómodo, invita a la relajación y a compartir momentos en familia. La paleta de colores suaves y las texturas acogedoras crean un ambiente que invita a quedarse, sin pretensiones. Es un espacio pensado para ser vivido, donde la funcionalidad y la belleza conviven de manera armónica.



El nombre también evoca la búsqueda de lo esencial, de lo auténtico y de lo que es realmente importante. En cada rincón de la casa, desde los materiales naturales hasta la luz que entra por sus ventanas, «Ona» representa un espacio diseñado para ser bueno para quienes lo habitan.
Bueno no solo en términos de confort o funcionalidad, sino en su capacidad de conectar emocionalmente con quienes lo experimentan, haciendo que cada detalle inspire una sensación de calma y paz.


el corazón del hogar
La cocina es el verdadero centro de la casa, un espacio que invita a compartir no solo comidas, sino también momentos significativos. Con una disposición abierta, permite la interacción constante, convirtiéndose en el lugar donde lo funcional se encuentra con lo acogedor.

La gran isla central es un punto de reunión, perfecta para preparar el desayuno o compartir una conversación. Los tonos neutros y las texturas naturales aportan serenidad, mientras que la calidez de la madera conecta la cocina con el resto de la casa. Cada rincón invita a ser disfrutado, convirtiéndose en un lugar que respira funcionalidad y calidez.
La mesa del comedor se extiende de manera natural desde la cocina, en un espacio donde las comidas y las conversaciones fluyen sin esfuerzo. Las sillas de diseño sencillo y la calidez de la madera invitan a sentarse y disfrutar del momento. Cada elemento ha sido pensado para crear un ambiente sereno y acogedor, donde la familia puede reunirse en un entorno que no necesita adornos.


En «Ona», se ha puesto especial cuidado en crear una atmósfera que fomente el equilibrio y el bienestar, un lugar donde cada decisión de diseño ha sido tomada para mejorar la vida de sus habitantes y conectar con la naturaleza que lo rodea. Al nombrar esta casa «Ona», queríamos transmitir la bondad y sencillez que buscamos en cada proyecto, una idea de lo bueno como algo que no se ve, pero se siente en cada rincón.

